Es de sabios cambiar de opinión, y si bien, en las últimas semanas estuvimos criticando el letargo de casi un mes que tuvo “Por Ella soy Eva”, el jueves pasado nos llevamos una grata sorpresa. Esto con la desaparición del antipático personaje de Don Juan (con insoportable acento argentino) que hacía Jaime Camil, para darle cabida a su interpretación de “Eva”, un muy delicioso papel que hace con más naturalidad del gay que interpretó en “Los Exitosos Pérez” y que tiene escenas con actores de primer nivel como Carlos Bracho y Helena Rojo, no se diga del sonorense Jesús Ochoa. Con todo esto, podemos decir que valió la pena la espera de una historia, que hasta el momento, se estaba caracterizando por pura misoginia, cero encanto y muy poca aportación de Camil como actor. Enhorabuena para Rosy Ocampo, el departamento de caracterización de Televisa y el mismo Camil, quien con un look que lo hace casi hermana gemela de la ex conductora de “Hoy”, Annette Cuburu, salió muy bien librado al enfrentar primero a sus progenitores y después a algunos de los villanos que llevaron a la supuesta muerte de su personaje masculino, no se diga del que será su jefe en el mencionado “Choby”, Ochoa o la mujer que lo orilló a ese cambio interpretada por Lucero, con quien se terminó topando en el final del viernes.
Y bueno, ya que hablamos de finales, la noche de hoy le corresponde a “La que no Podía Amar” , la segunda telenovela en lo que va del año con un final de dos horas. Esta historia tiene un balance final muy favorable, a pesar de haber traicionado desde un principio varias líneas de acción de la heroína de la radionovela en la que estuvo basada.
De entrada, siempre nos hizo ruido que a pesar de que fue la primera versión televisiva que llevó el título original de la radionovela en cuestión, la heroína nunca fue casta y pura y si bien en apariencia “no podía amar”, bien que se dejó querer por un galán y por otro, siendo afortunada de “probar” las mieles de los besos del personaje de Jorge Salinas como los de José Ron. Luego, lo que ni Úrsula Prats ni Olivia Collins, Susana González logró pasar por encima de una correcta Ana Brenda Contreras en su primer protagónico, pero tan frágil en su desempeño, que llegó a caer en el hartazgo.
Por otra parte, los hilos argumetales que la escritora Ximena Suárez mantuvo bien tejidos, a pesar de los agudos problemas de salud de Jorge Salinas, nos sorprendió en cómo terminó con el personaje de Osvaldo Benavides, sin traicionar la esencia de su desaparición comparándolo, con la que tuvo el de Juan Manuel Bernal en “Te Sigo Amando”, ya nos estamos saboreando un final con sobresaltos y sorpresas que puede llegar a ser, como el de “Teresa” o “La Fuerza del Destino”. Enhorabuena.
http://www.vanguardia.com.mx/delcambiodeevaaotrofinaldedomingo-1243296-columna.html
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